Aunque la reforma integral del baño parece la solución más conveniente, no debemos olvidar que los avances actuales en materiales de construcción pueden permitirnos una renovación parcial, en la que se cambien algunos componentes sin necesidad de abordar trabajos de albañílería o fontanería.
Esta posibilidad, no obstante, será factible siempre que no existan deficiencias estructurales relevantes, como humedades o filtraciones, problemas en tuberías y desagües o una gran obsolescencia del equipamiento, algo que suele ocurrir si la estancia supera los quince años en la inmensa mayoría de las viviendas.
A la hora de plantear una reforma del baño, estos son los aspectos en los que debemos fijarnos particularmente:
- La distribución
- Los revestimientos
- El equipamiento
- Mobiliario y complementos
La distribución del cuarto de baño
Si la reforma del cuarto de baño forma parte de una reforma integral de la vivienda, cabe la opción de plantearse un cambio de ubicación. No siempre resulta posible, ya que podría suponer una inversión sustancial en fontanería o bien, presentar limitaciones por las características generales del inmueble, en el caso de que sea un piso.
Por ello, lo habitual es que se respete la misma estancia, en la que sí podemos considerar una modificación en la distribución de los elementos para proporcionar mayor funcionalidad y confort. A menudo nos encontramos con que la disposición original del inodoro, el lavabo o la bañera no responden a criterios actuales de ergonomía. Por eso, es un buen momento para repensar la organización.
En este apartado, hay que señalar que existe cierta tendencia a imitar el concepto de cocina abierta en el cuarto de baño, en el caso de que esté se encuentre dentro del dormitorio. Es decir, que se eliminan los tabiques, sobre todo en lo que respecta a la bañera y la ducha, o bien se sustituyen por separaciones de cristal, que proporcionan una sensación de mayor amplitud. De todos modos, estas propuestas más audaces siempre se integran mejor en habitaciones de generosa superficie.
Los revestimientos del cuarto de baño
Lo más convencional es que se recurra a suelos y revestimientos de carácter cerámico, ya que son los que, en principio, muestran una mayor resistencia a la humedad y facilitan la higiene y la limpieza. Sin embargo, los avances en materiales nos permiten hoy incluir también otros menos habituales, como la madera, el microcemento, materiales sintéticos o incluso papel pintado. Son propuestas más audaces que hemos de considerar con detenimiento.
Porque con respecto a las cerámicas, la variedad de colores, texturas y acabados es interminable y pueden dar respuesta a cualquier propuesta decorativa. Y siempre nos garantizan una larga vida útil a una estancia que es de las que más sufren por el uso.
El equipamiento del cuarto de baño
Todo cuarto de baño cuenta con un equipamiento básico que deberemos elegir entre todas las opciones que nos brinda el mercado. En este apartado conviene ser realista con respecto a las dimensiones de la habitación. A diferencia de otras latitudes, la superficie disponible es, por lo general, contenida. Los elementos tienen que estar al servicio de la ergonomía para que la experiencia de uso sea lo más grata posible.
Aparte de valorar si podemos poner un doble lavabo, algo que también se ha puesto de moda, habremos de elegir entre bañera y ducha. Esta última siempre resulta mucho más funcional, pero no cabe duda de que en determinados momentos nos gustará poder disfrutar de una bañera, o nos vendrá muy bien, como cuando tenemos niños pequeños. Si elegimos la ducha, resulta recomendable que tenga no menos de 70 cm de anchura en su lado más estrecho, aunque lo ideal es que llegue hasta 1 metro. Asimismo,
En cuanto a la bañera, las piezas exentas son mucho más estéticas, pero requiere de mayor superficie para poder admirarlas y disfrutar de ellas. Y, si no es factible, puede lograrse un magnífico resultado con las bañeras de obra.
En relación con el sanitario, hoy día también hay enorme variedad, desde las piezas más convencionales hasta las que están suspendidas en las paredes y cuentan con el depósito de agua oculto en los muros. Una vez más el espacio disponible marcará la elección más recomendable.
Otra de las cuestiones que debemos tener en cuenta es la inclusión de piezas como el bidé, que para muchas personas es ya un elemento en desuso. Si no se va a utilizar regularmente, es mejor desecharlo porque ocupa un espacio que puede aprovecharse para otros elementos.
Mobiliario y complementos del cuarto de baño
Desde hace años está muy arraigada la práctica de incluir un mueble bajo lavabo para añadir mobiliario en un espacio que, de otro modo, no tiene ninguna utilidad. Dicha pieza se convierte en el espacio principal de almacenaje. Puede completarse con otros armarios, aunque no es la tendencia actual.
Junto a los muebles, hay que pensar en la integración de componentes como los toalleros y, sobre todo, la iluminación. Si el cuarto de baño dispone de luz natural, algo que no siempre resulta posible, la iluminación artificial puede ser secundaria.
Pero de no ser así, cabe recordar que se necesita luz suficiente para las distintas tareas que se realizan en la estancia. Es bueno combinar la iluminación general potente con luces añadidas en determinados espacios, como el lavabo o la zona de ducha, para reforzar la iluminación cuando sea necesario.
La complejidad de la reforma de un baño requiere la participación de especialistas. Primero, para diseñar un concepto adecuado a las características de la estancia y a las expectativas de los usuarios. Salvo que se esté habituado, es dificil elegir entre un océano de posibilidades. Y, segundo, para coordinar adecuadamente los trabajos de fontanería, albañilería y electricidad.
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